Saturday, February 25, 2006
JUGANDO CON EL JUGADOR
Qué divertido es provocar a otros, esas mentes raras y complejas.
La jugada que más me estimula es con el jugador tranquilo, es más complejo... ese que se deja ver, pero no conocer. Y es interesante cómo cambia ante tus ojos, de ser raro pasa a ser predecible y empieza a entregarte información que puedes utilizar a tu favor. El esfuerzo es máximo, conocer gustos, definir fortalezas y debilidades, proyecciones e intenciones.
Cuando están más serios, hacerlos reír. Que ellos se den cuenta que su tristeza es no poder ser más ellos.
La jugada triunfal es cuando no puede dejar de mirarte y obtengo lo que quiero: ser su centro de atracción, y demandan con sus miradas atención.
...Me retiro de la jugada porque puedo dejar la cagá' , y lo ahuyento con alguna pesadez y mi jugador se aleja odiándome, y qué ganas de jugar de nuevo con él... pero él ya no quiere jugar más conmigo ...pipipi.
Tuesday, February 21, 2006
Saturday, February 18, 2006
MI IRA
Me duele la guata cuando me enojo, destruiría todo a mi paso, diría las barvaridades más grandes y mataría por el placer de destruir a mi oponente.
Luego reacciono, miro a un niño y me calmo un poco. Lucho con las ganas de dañar al otro como si fuera mi peor enemigo. No sé, quizás esta rabia ha sido acumulada por años, de no poder gritar a los que debo tres verdades sin asco y sin pensar un sólo momento en lo que sienten.
Acumulé ira y las ganas de poder dañar a mi oponente sin más que sus lágrimas y su estado de nada. No puedo negarlo, disfruto ver sus caras de "¿por qué me atacas?", y en verdad los ataco porque se creen fuertes y son débiles, porque se creen buenos y no lo son tanto, porque no se esperan mis respuestas, porque me da lo mismo sus egos, se los asesino en una frase, me da exactamente lo mismo, me causa gracia su sentido de poca tolerancia y su estado de víctimas.
Sólo siento que me da la loca cuando los veo revolcándose en sus egos heridos, es un placer extraño...hasta me excita. Pobres tontos, los destruyo y ahí quedó el guapo, cagado del alma y misión cumplida.